Con la intención de minimizar costes en la construcción se propuso un sistema constructivo preindustrializado conocido como Steel-frame. Esto nos permitía reducir los tiempos de ejecución de la obra y en consecuencia reducir costes si se comparaba con un sistema constructivo tradicional, además de que así reducíamos los residuos de la obra al tratarse de material que viene a medida de fábrica y minimiza el desperdicio. Este sistema constructivo, se conoce como obra en seco, por lo que lo que se podría desmontar y reciclar y/o reaprovechar el 100% de los materiales que conforman la estructura y cerramientos de la vivienda.
Fue posible conseguir mayor grosor de aislamiento térmico en menor grosor de paredes exteriores y en consecuencia directa construir una vivienda con menor demanda de energía para la climatización de esta.
Conseguir mayor grosor de aislamiento no fue la única estrategia que aplicamos para reducir la demanda energética, sino que esto también fue posible gracias a la instalación de una fachada ventilada, que además nos aportaba un bajo mantenimiento a la vivienda.
Una vez conseguido reducir al máximo la demanda energética de la vivienda teníamos que minimizar el gasto de energía en la vivienda, es por ello por lo que la vivienda consta con paneles solares para obtener más del 60% del agua caliente.
Para la climatización de la vivienda se optó por un sistema de bomba de calor y el porcentaje de agua caliente que no estuviera cubierta con los paneles solares se decidió que fuera mediante un termo eléctrico. La mejor estrategia era ayudar a minimizar la demanda energética invirtiendo más dinero en aislamiento y así crear menor necesidad del uso de la bomba de calor, por lo que dentro del presupuesto facilitado este fue nuestro punto de equilibrio siempre teniendo en cuenta el uso esporádico que iba a tener la vivienda.